Hace unos años atrás, leí un aviso publicado en el diario mural de la carrera de Bibliotecología que decía “se necesita alumno interesado en colaborar en proyecto de bibliobús para la comuna de Quilpué, comunicarse con X persona». Esa persona había sido docente de periodismo de la UPLA, y ahora era Jefa de la Direccion de Comunicación y Cultura de la Municipalidad del cual depende la biblioteca. Decidí acercarme sin mucho conocimiento de que se trataba, me recibieron muy bien, me explicaron que se habían adjudicado fondos para la ejecución de un proyecto de un Bibliobús para acercar la lectura a los sectores rurales de la comuna (valles del Marga Marga y Colliguay) y había que trabajar en procesar el material bibliográfico que se iba a transportar. Fue una larga tarea, ya que además de material nuevo, había otros que por espacio estaban guardados en un subterráneo.
Ademas de eso, pude colaborar en las funciones normales de la biblioteca, en las áreas de préstamo, atención de usuarios, y hasta colabore con el programa biblioredes, con una o 2 clases de reemplazo. Ahí me di cuenta que ser Bibliotecario sería una profesión con una alta vocación de servicio, donde las demandas son muchas y los recursos son pocos.
Aún recuerdo muchas consultas de miles de ciudadanos de diversos sectores de la comuna: ¿es verdad que los fideos de la carozzi se secaban al sol en las laderas del cerro corona, en el retiro?; ¿en qué año se creó la represa que dio origen a la poza azul de ESVAL?; ¿existió un Municipio llamado san José de Marga Marga? ¿dónde quedaba?; ¿Había una estación llamada las Palmas en Quilpué? ¿Cuántos aviones se recibían en la base aeronaval del belloto?… ¡uff! y así un montón de preguntas más que me tocó responder o buscar respuestas y darme cuenta que era “el profesional de la desinformación” puesto que yo, siendo quilpueíno también desconocía muchas de todas esas preguntas.
Creo que el contar con un gran centro bibliotecario, es abrir espacios paraa que entre todos exista la construcción de parte de historias de vida que deben ser contadas y quedar documentadas para que futuras generaciones tengan la oportunidad de saber quiénes son, esa identidad del cual sentirse orgulloso y hacer grande Quilpué. El rol de la biblioteca pública con respecto a la conservación y promoción de la memoria comunal es sustancial, por eso estoy por una gran biblioteca pública en Quilpué que defienda la historia y la identidad local.
Escrito por Fabián Quintana
Twitter: @bibliopatologo
Por una gran Biblioteca en Quilpué 
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